Soñar esta bien, es algo que todos necesitamos hacer, pero no es lo mismo soñar que soñar despierto. Soñar es pensar en algo que deseas alcanzar a base de esfuerzo y dedicación mientras que soñar despierto es pensar en las cosas que podríamos llegar a hacer si quisiéramos, si nos pusiéramos manos a la obra. Un ejemplo rápido: el eterno escritor que nunca escribe, que piensa historias y argumentos, pero que nunca los pone por escrito.
Soñando despiertos perdemos el tiempo que, de aprovecharlo, nos serviría para acercarnos a los sueños que tenemos en mente, los que idealizamos imaginando situaciones que pasarían solo si se dedicase el tiempo suficiente para que sean reales, sin esfuerzo por nuestra parte ni tiempo gastado en buscar como hacerlos auténticos estos no dejaran de ser una fantasía.
¿Como aprovechar nuestros sueños?
Una buena idea para aprovechar esos momentos de fantasía inevitable es transformarlos en un objetivo alcanzable, dicho de otra forma, separar la paja del grano. Estas fantasías no dejan de ser deseos que se pueden alcanzar si se plantean de una forma adecuada. Pondré un ejemplo propio ya que creo que es con ejemplos con lo que mejor se explican las cosas. Unos días antes de crear el blog ocupó mi mente la fantasía de escribir, de escribir artículos con los que aportar mi grano de arena en una revista que siempre me había gustado como estaba escrita y ayudar a superarse a quien lo desee y de paso, a mi mismo.
En lugar de seguir soñando despierto, de pensar que podría escribir artículos inmensos y magníficos, decidí centrar la energía empleada en fantasear en metas mas cercanas. Escribir artículos e ir mejorandolos poco a poco hasta que sean de una calidad muy buena y fáciles de leer (se que algunas veces mi estilo es algo farragoso y con algunas ideas redundantes), aportar contenido original que anime a la gente a superarse, a mejorar.
